Las nubes tenían a todo el mundo inquieto, pero el Sol no permitió que le aguaran la fiesta. Justo a las 16.13 horas, cerca de mil personas apostadas en Ahu de Tahai -el mejor punto de Isla de Pascua para observar la puesta de Sol- vieron cómo un pequeño punto negro le daba un mordisco a la estrella: Venus estaba perfectamente alineado con la Tierra y el Sol para iniciar su paso por el astro rey. Un fenómeno conocido como “Tránsito de Venus”, que se da una vez por siglo, que no volverá a repetirse hasta 2117 y que ayer fue seguido con expectación en varias ciudades del mundo.
Isla de Pascua fue el único lugar de Chile desde donde pudo observarse el fenómeno, que tuvo su peak a las 16.23 horas, cuando el evento se mostró en todo su esplendor: un círculo negro se paseaba por el borde superior de sol. Una imagen que isleños y turistas pudieron disfrutar por dos horas.
“Estoy contenta, porque el Sol finalmente se dejó ver. Esto es muy lindo. Hay mucha gente que empezó a llegar antes de las cuatro de la tarde. Hay niños en todas partes. Desde el eclipse solar de 2010, hay mucha efervescencia en la isla por este tipo de fenómenos”, dice Isabelle Gavignaud, astrónoma de la U. Andrés Bello.
Ella es parte de un equipo de 12 astrónomos encabezados por expertos de la U. de Chile, y en el que también participaron especialistas de la UC y Cerro Tololo, quienes estuvieron todo el fin de semana difundiendo el espectáculo astronómico con charlas en colegios y el Museo Antropológico Sebastián Englert, destinadas especialmente a los niños.
Ellos, justamente, fueron los protagonistas de la jornada. Premunidos de lentes especiales, que llevaron los expertos desde Santiago, fueron los primeros en llegar con sus padres a Tahai. Es que si algo les quedó claro es que no volverían a ver este fenómeno otra vez en sus vidas.
El “Tránsito de Venus” congregó primero a unas 300 personas en Tahai, que en menos de media hora aumentaron a un millar. Los niños eran los más entusiastas, pese a que muchos habían visto el eclipse de sol de 2010. Aunque usaron los lentes especiales para ver el fenómeno, los 12 telescopios con filtros especiales instalados por los astrónomos en el lugar marcaron la diferencia, pues permitían ver en detalle a Venus sobre el disco anaranjado. Filas de personas esperaban pacientes su turno para usarlos, mientras otros afinaban la vista para verlo con lentes especiales o sus propios telescopios.
Días antes, los astrónomos les habían explicado a los niños la importancia del evento. Por ejemplo, que en 1761 dio vida al primer trabajo colaborativo en el mundo que permitió medir el tamaño del Sistema Solar. Una hazaña que intentaron repetir con algunos niños de la isla, quienes no sólo se sumaron al proyecto, sino que despejaron sus dudas y las transmitieron a sus padres, entre ellas, que el alineamiento de los planetas y el Sol no es sinónimo de catástrofes. Para Patricio Rojo, profesor de Astronomía de la U. de Chile, el hecho de que casi la mitad de quienes vieron el fenómeno ayer fueran niños da cuenta del éxito del trabajo educativo en la isla. “Estamos muy contentos, todo ha sido muy bonito. Ya hay por lo menos dos niños que me han dicho que quieren ser astrónomos y eso es muy reconfortante”. Un sentimiento que comparte Ximena Guzmán, profesora de matemática y física del colegio Eugenio Eyraud, quien estuvo en Tahai con todos sus alumnos de tercero medio. “Es un privilegio ver un fenómeno como este y, además, darnos cuenta de que no estamos solos, que somos parte de esta galaxia”.
El espectáculo astronómico también fue apreciado en varias partes del mundo, como EE.UU., México y Londres, donde se repitió la misma escena de Isla de Pascua: miles de personas haciendo un alto en el día para observar un evento que no volverán a ver en sus vidas.




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